Adriana Flores
Los ríos y arroyos que cruzan nuestros territorios están caracterizados por una dinámica muy compleja, y esa complejidad está relacionada con su salud.
En las zonas más conservadas, boscosas o con menor impacto de la intervención humana, podemos mirar los cambios propios de los arroyos y ríos conforme van recorriendo una cuenca. Imaginemos acompañar a un río en su camino comenzando por la parte más montañosa, ahí encontramos arroyos “encerrados” entre laderas y enormes rocas, y con cauces sombreados por la vegetación ribereña. En las zonas medias de la cuenca, que usualmente tienen menores pendientes, encontramos cauces más anchos con algunas “playas” formadas con la arena que el río ha traído; y en las zonas bajas, el río suele construir cada año un cauce nuevo, enterrando los canales más viejos que quedan formando una red subterránea. Los arroyos están llenos de espacios distintos que proveen hábitats diversos para cientos de especies diferentes, dentro del cauce y en la ribera fluvial, debajo de las raíces, entre la hojarasca, en las porciones arenosas, entre las rocas, en los tramos más lentos o rápidos, con mayor o menor entrada de luz, etc.
La mayoría de los ríos que atraviesan zonas urbanas o zonas con un grado mayor de transformación, suelen mostrar una simplificación muy marcada, que reduce su integridad. En muchas ocasiones los ríos urbanos son “rectificados”, privándolos de la sinuosidad que los caracterizaba; o bien han sido recubiertos de cemento u otro material impermeable. La biota pierde los microhábitats donde vivía, que les proveía de espacios de alimentación, refugio y reproducción. Entre las consecuencias de estas acciones, están las siguientes:
- Dado que se pierde el patrón natural de inundaciones y la dinámica del caudal, durante las lluvias se presenta picos de tormenta que se vuelven impredecibles, no sólo en los tramos alterados del río, sino que alcanza otras zonas de la ciudad. Aunque estas modificaciones usualmente se realizan para atender los problemas de inundación, se ha observado que el problema no se resuelve, sólo se traslada a otras partes de la urbe o fuera de ella. Sin su patrón hidrológico, el río cambia las condiciones que ofrece para las especies biológicas, siendo que en algunas ocasiones funciona más como un tubo de agua que como un ecosistema.
- La morfología alterada del canal del río, responsable de la simplificación del hábitat, está relacionada con la pérdida de biodiversidad dulceacuícola, lo cual no es un problema menor. Se ha cuantificado que por cada especie terrestre existen cinco dulceacuícolas que están amenazadas o en riesgo, indicando el grado de deterioro que exhiben los ríos en el mundo. Las zonas urbanas son los sitios donde se ha perdido más biodiversidad, dado el grado de transformación de los ecosistemas, resultando en espacios poco o nada habitables para los organismos vivos. En algunos casos llegan especies invasoras (posibles oportunistas), cambiando las condiciones del río y reduciendo los espacios para la biota nativa. Las plantas invasoras como el lirio acuático (Eichornia crassipes) también alteran la dinámica hidrológica, porque aumenta la evapotranspiración, reduciendo la cantidad de agua con la que cuenta el ecosistema.
- Debido a que se pierde gran parte de la riqueza biótica del río, hay pocos organismos participando en la cadena trófica del cuerpo de agua, lo que, aunado a las múltiples descargas de desechos que reciben los ríos urbanos, se presenta un incremento en las concentraciones de nutrientes y contaminantes. Estos ríos alterados reciben también lo que acarrea el agua de lluvia, como residuos sólidos, heces de animales, aceite de autos, solventes, detergentes, etc. que están presentes en el uso cotidiano de quienes vivimos en las ciudades. Junto con los picos de tormenta (del punto anterior), esta carga contaminante se vuelve muy elevada en ciertos meses del año, pudiendo constituir un problema de salud pública.
Por la importancia que tiene mantener esta diversidad de hábitats dentro del cauce y en la ribera fluvial, incluyendo los tramos de río urbanos, algunas prácticas de recuperación o renaturalización de los ríos están orientadas a incrementarla. Estas iniciativas buscan favorecer la heterogeneidad y las posibilidades de expansión lateral del río y la ribera, lo cual podría proveer espacios adecuados para la biota.
La complejidad entonces, en algunos casos nos permite hacer una interpretación de la integridad del ecosistema en un lugar y momento dados. El profe Miguel Equihua (s/f) nos dice que podemos observar esta integridad en (i) la diversidad total del ecosistema y de las interacciones que ocurren en un territorio, así como en (ii) la presencia de esa diversidad en los niveles de organización a lo largo del tiempo (es decir, genes, especies, biomas, ecosistemas). El patrón hídrico y los rasgos del paisaje pueden reflejar dicha integridad.
Podemos preguntarnos ¿de qué formas dicha complejidad – integridad participa en el ensamblaje de procesos que constituyen el soporte de vida? Claramente, esta propiedad también resulta crítica para la salud y los medios de vida humanos.
Algunas de las decisiones que alteran la dinámica hídrica, también comprometen el cuidado de la propia infraestructura urbana. Por ejemplo, en la Ciudad de México las decisiones de manejo deben atender, junto con las metas de suministro y saneamiento, la estabilidad del subsuelo, ya que la reducida infiltración está incidiendo en el hundimiento de edificios característicos de esta ciudad. Este fenómeno se conoce como subsidencia.
Contrariamente a lo que podríamos pensar, las soluciones prácticas (en este caso, simplistas) no son necesariamente aquellas que nos van a conducir a una vida más sustentable. En el caso de los ríos, la complejidad se refleja en la multiplicidad de interacciones entre los organismos, la heterogeneidad del hábitat donde se encuentran, los pulsos de agua que los mantienen conectados a porciones más altas de la cuenca, y a los espacios laterales y subterráneos, así como a su historia bio-geo-hidrográfica. La decisión de “encementar” el cauce de un río, carece de este entendimiento.
¿En qué condiciones están los ríos urbanos del lugar donde vives?
Tenemos algunas herramientas para que los ciudadanos podamos documentar el estado de nuestros ríos…
….¿te sumas?