Como parte de las acciones que buscan responder a los desafíos de mitigación del cambio climático global, México, se ha involucrado en lo que se conoce como acciones REDD+. REDD significa «Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques»; el símbolo “+” implica que en su implementación hay componentes de conservación, gestión sostenible de los bosques con participación de población local y aumento de las reservas forestales de carbono. Como una opción dentro de los esfuerzos globales de mitigación surge el mecanismo REDD+ bajo la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC).
Quizá se preguntarán qué tiene que ver esto con el título de este texto. Pues bastante. Dado que la ganadería extensiva se ha identificado como uno de los causales más importantes de cambio de uso de suelo forestal hacia la conversión en praderas, y por tanto cómo contribuyente de hasta 20% de los GEI, la interrogante que se plantea es si es posible encontrar un modelo de ganadería sustentable que represente una acción clara para contribuir a las metas de mitigación del cambio climático. Nuestra respuesta es que sí. Existe dicho modelo y ha sido aplicado con buenos resultados en varias partes del territorio nacional pro de la meta.
Los sistemas silvopastoriles (SSP) se definen como “arreglos agroforestales que combinan plantas forrajeras, como pastos y hierbas leguminosas, con arbustos y árboles para la nutrición animal y otros usos complementarios” (Chará et al., 2019). Los SSPs pueden ser tan variados como las combinaciones de prácticas se tengan, siempre y cuando estén presentes en los potreros, dos elementos indispensables: lo silvo, (del latín silva = bosque) y lo pastoril, es decir, el elemento pecuario. Los SSP permiten la intensificación de la producción ganadera basada en procesos naturales y son reconocidos como un enfoque integrado para el uso sostenible de la tierra, promueven interacciones ecológicas beneficiosas, una mayor eficiencia en el uso de los recursos y una mejor producción de servicios ambientales».
Las principales prácticas de los SSPs comprenden el establecimiento de árboles y arbustos palatables que tienen propósitos diversos, desde la provisión de materia seca, proteína y otros nutrientes, hasta la mejora del ambiente del agostadero y el ciclo de nutrientes. Por su diseño, los SSP son considerados una Adaptación basada en Ecosistemas (AbE), debido a que “integran el uso de la biodiversidad y los servicios del ecosistema en una estrategia general de adaptación, que puede ser rentable y generar beneficios colaterales sociales, económicos y culturales y contribuir a la conservación de la biodiversidad” (Secretariat of the Convention on Biological Diversity, 2009: 9. ONU). En México, los SSP para la producción ganadera bovina han tenido su mayor adopción en el Estado de Michoacán, aunque existen experiencias importantes en Chiapas, Yucatán y Jalisco y en varios estados más de la República Mexicana. En nuestra próxima entrega platicaremos de los beneficios asociados a los SSPs.
Foto: FAO (2015). Guía metodológica para la implementación de Escuelas de Campo para Agricultores (ECA) en sistemas silvopastoriles agroecológicos.