Al reconocer las múltiples interacciones entre la sociedad y la naturaleza, estamos también invitados a reflexionar sobre la forma en que las estudiamos, para lo cual se han propuesto unidades de análisis que permiten contar con un enfoque integrador y dinámico. Tales unidades son los socioecosistemas, y nos permiten acercarnos a conocer los fenómenos ambientales desde un panorama más amplio y complejo. Una de las ganancias de contar con estas unidades es poder representar de una forma más comprehensiva los fenómenos ambientales a distinta escala. Dicho sea de paso, este planteamiento sigue la recomendación de Edgar Morin en cuanto evita la sobre-simplificación de los fenómenos y de las formas de nombrarlos.
El socioecosistema como herramienta teórico-metodológica para analizar los fenómenos ambientales, nos permite reconocer la gran diversidad de componentes biofísicos y sociales que los integran: la diversidad biológica (desde la genética a la ecosistémica), y la social (cultural, económica, institucional, etc.). El panorama resultante en la definición de un socioecosistema que nos interese, tiene más la pinta de un caleidoscopio que de una fotografía postal, ya que las interacciones entre lo biofísico y lo social son altamente dinámicas.
De este modo, podemos mirar las prácticas locales como las que tienen muchas comunidades indígenas y que son altamente significativas para las personas y las familias de la comunidad, junto con la forma en que tales prácticas influyen -por ejemplo- en la regulación de la calidad del agua que llega a territorios lejanos a esas comunidades. Estos asuntos son de interés para un estudioso de los socioecosistemas, ya que permite vincular lo que pasa con un fenómeno dado, a diferentes escalas.
Desde este enfoque, no es deseable sustraer ni obviar alguno de los componentes del socioecosistema. Nos interesa la totalidad. Por supuesto, en términos prácticos podemos analizar alguna porción de esa totalidad, pero no aislarla. Y es así que nos interesa utilizar el enfoque socioecosistémico para mirar la problemática ambiental actual.
La problemática que hemos vivido las últimas décadas se ha ido profundizando, y podemos distinguir que no se trata solamente de un «asunto ambiental», sino que es necesario comprender los aspectos económicos, sociales y ecológicos que se van revelando. Los esfuerzos para comprender y proponer soluciones a estos problemas, han venido construyéndose desde distintos espacios, como los académicos, de la sociedad civil y gubernamentales; y se reflejan en actividades de investigación, monitoreo, prácticas educativas y de manejo, entre otras. Tales esfuerzos requieren «estar articulados», por lo cual se ha propuesto la creación del OBSERVATORIO NACIONAL DE SUSTENTABILIDAD SOCIOECOSISTÉMICA (ONSSES), con el fin de «registrar el estado que guardan los socioecosistemas a través del tiempo en el contexto de los conflictos e intereses que se dan en torno al acceso y uso del territorio, las iniciativas que construyen experiencias que caminan hacia la sustentabilidad, así como de los escenarios futuros, tanto probables (por las tendencias actuales), como deseables (por los esfuerzos de planeación y gestión colaborativa)» (Maass y Camou 2017).
El ONSSES busca constituirse como una plataforma colaborativa transdisciplinaria «en la que el territorio se vuelve el punto de encuentro entre actores sociales que participan en el diseño e implementación del monitoreo socioecológico«. Es un ejercicio participativo, ya que la perspectiva académica sobre el territorio y su devenir es sólo una de las que existen; y el ONSSES es un esfuerzo enfocado en la generación de información socialmente pertinente, así como de capacidades en la ciudadanía y las instituciones, que permitan detectar y revertir el deterioro ecológico y social actual. Para favorecer la toma de decisiones ambientales, es necesario OBSERVAR los fenómenos en distintas configuraciones territoriales, así como recuperar los aprendizajes y buenas prácticas, en aras de favorecer la conservación de la naturaleza y la buena vida para las personas y comunidades.
Esta propuesta cuenta con la participación de múltiples instituciones académicas y de la sociedad civil, agrupadas en dos Redes Temáticas de CONACYT, la Red de Socioecosistemas y Sustentabilidad (Red SOCIOECOS) y la Red de Patrimonio Biocultural, conjuntamente con la Red Mexicana de Cuencas Hidrográficas (REMEXCU).
El ONSSES está en construcción, a partir del trabajo en ocho objetivos específicos que funcionan como puntos nodales: (1) el reconocimiento de las capacidades institucionales para el ejercicio transdisciplinar; (2) el diseño del Observatorio, (3) la implementación del monitoreo socioecosistémico en cinco sitios piloto, (4) identificación y documentación de conflictos, (5) documentación de casos exitosos de manejo de socioecosistemas, (6) diseño de una plataforma para intercambio de información, (7) la evaluación del uso de la información del Observatorio, y (8) la estrategia adaptativa para la consolidación del ONSSES.
A fines de este 2020 entregaremos los primeros resultados de la etapa de diseño, incluyendo mayor participación de comunidades indígenas y locales, organizaciones de la sociedad civil, académicos, instituciones de gobierno, sociedades de productores, iniciativa privada, etc., apostando por la construcción colaborativa del conocimiento, para comprender de una forma más clara las perspectivas y propuestas que los grupos sociales tienen para encaminarnos hacia la sustentabilidad.
¿Quienes conocer más la propuesta del ONSSES? Este es un enlace de la última reunión nacional de septiembre 2019, en la página de la Red Mexicana de Cuencas.
Maass, M. y A. Camou. 2017. Propuesta de creación del Observatorio Nacional para la Sustentabilidad Socioecológica. Documento de propuesta presentado a CONACYT.