En las últimas semanas, los casos confirmados y las muertes por COVID-19 en México se han disparado y se espera que estas cifras continúen aumentando en el futuro cercano. La Ciudad de México está convertida en el epicentro de la epidemia y junto con el Estado de México, concentran el mayor número de casos confirmados y defunciones. Y mientras la pandemia abruma los sistemas de atención médica, la población de la ciudad se ha visto obligada a tomar medidas de prevención mediante programas de confinamiento en el hogar y distanciamiento social que tras ya más de 90 días, poco a poco se han empezado a relajar. Debido a estas modificaciones en la conducta social y a los contagios, el Valle de México -Ciudad de México y Estado de México- pasaron de tener un pico en la epidemia de COVID-19 a una “meseta” que se ha prolongado ya más de tres semanas, sin que la curva de contagios empiece a disminuir.
No obstante que los criterios establecidos por la autoridad de la ciudad para el cambio de fase del semáforo epidemiológico no se han cumplido, a partir de este lunes 15 de junio la Ciudad de México comenzará una fase de transición hacia el semáforo naranja con el argumento de que el control de la pandemia incluye no solo la salud de sus pobladores, sino también el bienestar económico de la ciudad. Se trata de una transición ordenada y de preparación hacia el semáforo naranja, que incluye entre otras cosas la apertura el martes 16 de la industria manufacturera de la ciudad, para el jueves 18 el comercio menor de barrio de menos de 5 empleados a excepción de los que se ubican en el centro histórico, y el viernes 19 los servicios profesionales, científicos y técnicos asociados a las industrias esenciales.
Para saber de qué tamaño es la apertura de estas actividades en la Ciudad de México, en el Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, estamos iniciando un proyecto titulado “Construcción de modelos de agrupamiento espacial para el apoyo a la toma de decisiones sobre las políticas públicas de contención geográfica que puedan ser implementadas en México durante y después de la crisis por COVID-19”, que busca aportar información generada en apoyo a la toma de decisiones durante y después de la emergencia sanitaria.
Por lo anterior, hemos elaborado una primera infografía con algunos datos sobre las unidades económicas activas en la Ciudad de México hasta el 17 de abril del 2020, para conocer su ubicación, actividad económica y tamaño de los negocios de la Ciudad de México que reinician actividades a partir de esta semana. Si después de esta semana la ciudad se mantiene en niveles aceptables de contagios y ocupación hospitalaria, podremos pasar al semáforo naranja en la semana del 22 al 28 de junio. Así desde esta semana, además de finalizar el hoy no circula temporal, se reiniciarán actividades en la industria manufacturera de la ciudad, un sector que agrupa a más de 500 unidades económicas mayoreas a 100 empleados y que en total congregan a más de 340,000 trabajadores dedicados principalmente a la transformación mecánica, física o química de materiales o substancias con el fin de obtener productos nuevos.
Adicionalmente, se permitirá la apertura del comercio de barrio en colonias y pueblos (principalmente al por menor), con excepción de los ubicados en el Centro Histórico de la Ciudad. Este tipo de negocios están presentes por toda la ciudad con una densidad de 6 unidades económicas por promedio por manzana. Finalmente, regresarán a la actividad 2,976 unidades económicas del sector de servicios profesionales científicos y técnicos, dedicadas principalmente a proporcionar servicios a la industria de la construcción y en otras áreas científicas y técnicas del sector de alimentos, minería, transporte y servicios veterinarios.
La Ciudad de México inicia su regreso a la nueva normalidad, justo en el momento en el que las autoridades federales reportan el mayor número de contagios en el país, por lo que es indispensable continuar en casa quienes podemos así hacerlo, el uso riguroso y correcto del cubrebocas si es necesario salir, así como mantener la sana distancia.