¿Qué tan grave es la situación del abasto del maíz en México?
En los últimos años la cantidad de maíz importado a México, en particular, maíz amarillo ha crecido de manera exponencial. El crecimiento está relacionado con el desarrollo del sector productor de cárnicos, fundamentalmente las industrias bovina, porcina y avícola que consumen maíz amarillo, producto poco usado en el consumo humano directo. Sin embargo, la producción de maíz blanco se ha estancado desde mediados de la década pasada, incluso con una leve tendencia decreciente como se puede apreciar en la Figura 1. Muchas razones han originado este estancamiento entre los que se pueden citar:
Un giro en la política agrícola.
Un primer cambio en la política agrícola ha sido la reestructuración de los apoyos a productores, reduciendo el apoyo a los productores medianos y grandes y reubicándolo en los productores pequeños. Esta política, sin duda con un objetivo importante de equidad, pretende mejorar la productividad de los productores pequeños con una mayor asistencia. Sin embargo, el monitoreo de producción regional del SIAP muestra que este objetivo no se ha logrado, dado que los productores pequeños no han mejorado su productividad, al menos aquella reflejada en el volumen colocado en el mercado. Dentro de las razones por las cuales la productividad de este estrato de productores no ha mejorado sin duda resaltan la baja escala de producción, el acceso a tecnología (sistemas de cultivo, semilla de mejor calidad, entre otros), deficiente mercado de insumos y financiamiento, así como el clima. Esto sugiere que los apoyos si bien más equitativos, requieren de varias acciones paralelas para que pueda mejorarse la productividad en estos productores. Algunas de estas acciones pueden incluir el desarrollo de mercados secundarios de insumos apropiados a los sistemas de producción de estos productores, la aplicación de tecnologías sustentables y de mayor productividad, o la mejora de la estructura de mercado, entre otras.
Figura 1. Producción y Superficie sembrada de maíz 2013-2021
Fuente: Elaboración propia con datos del SIAP.
Por su parte, los productores medianos y grandes, sobre todo de regiones donde se practica agricultura intensiva bajo riego y en ciclos productivos desacoplados del periodo de lluvias en la mayor parte del país, han destinado sus tierras a cultivos más rentables que el maíz dada la ausencia de incentivos. Ello ha originado que la producción de este grano, sobre todo en periodos de sequía (ciclo otoño-invierno) se reduzca de manera importante. Este desabasto sin duda tiene implicaciones más allá de lo productivo, dado que el periodo de desabasto abarca el periodo de sequía y perjudica a la población más vulnerable del sur del país donde hay menos infraestructura de almacenamiento y menor accesibilidad, factores que encarecen aún más el precio del grano.
En
su conjunto, estos dos efectos han hecho que el maíz blanco que se consume en
México y que se importa relativamente muy poco del extranjero haya elevado su
precio, en promedio, entre el 18-21% anual (real) en los últimos 2 años, y de
acuerdo con la información del SIAP (Figura 2).
Fuente: Elaboración propia con datos del SIAP e INEGI (inflación).
Otras políticas que sin duda han pretendido el aumento de productividad de productores pequeños y medianos, sobre todo de granos, son el programa de fertilizantes y el programa de precios de garantía. El primero distribuye fertilizantes a productores pequeños y en zonas de alta vulnerabilidad. El apoyo tiene por objetivo mejorar productividad y reducir costos de producción. Sin embargo, el efecto de estos insumos sobre la productividad del grano parece ser marginal como lo han demostrado Cadet-Díaz y Guerrero-Escobar (2018) a nivel nacional, y González-Cruz y Torres-Rojo (2022) a nivel de las regiones donde se aplica el programa, lo cual se muestra en el bajo efecto observado en la producción nacional.
El programa de precios de garantía, por su parte, es un instrumento de política económica diseñado para elevar el precio a los productores por encima del precio de equilibrio de mercado y también para mantener el precio de los consumidores por debajo de los precios de mercado, haciendo que el gobierno absorba la diferencia (CEDRSSA, 2019). Con ello, se persigue un objetivo dual, por un lado, incrementa el ingreso de pequeños productores y apoya en la comercialización a medianos productores agropecuarios de granos básicos (maíz, frijol, trigo panificable, arroz) y leche; por otro lado, pretende estimular la productividad y contribuir a la autosuficiencia alimentaria. Sin embargo, en un estudio reciente, Reyes-Santiago et al., (2022) mostraron que un cambio en 1% en el precio de garantía solo cambia la producción en un 0.21%, esto es, la curva de oferta de maíz a nivel nacional es muy inelástica por lo que se altera muy poco ante cambios en precios o expectativas de su cambio, como pretende inducir el programa de “Precios de garantía”. Aún más, el efecto de estímulo a la producción del grano derivado de la expectativa de un buen precio de mercado se ha visto limitado por la alta inflación presente en los últimos años en la economía nacional y mundial. Esta alta inflación ha originado que los precios de garantía se hayan colocado por largos periodos (principalmente en época de siembra) por debajo del precio de mercado y que el retraso en la publicación de los nuevos precios de garantía prácticamente elimine el efecto de expectativa de un mejor precio.
El clima
A partir de principios de este 2023 la dinámica de temperaturas que origina un evento de la “La Niña” se ha vuelto más normal, por lo que se ha señalado que La Niña ha culminado y se espera que continúen condiciones de ENSO-neutral (Oscilación del Sur El Niño) hasta la primavera e inicios del verano 2023.; aunque hay indicios de la aparición de “El Niño” hacia verano. En este escenario (NOAA, 2023). Es de esperar una mayor ocurrencia de ciclones tropicales en el Pacífico oriental, así como un incremento en la incidencia de frentes fríos, incluso tardíos como los que se han observado en semanas recientes. Un “El Niño” severo, que podría evolucionar en esta época, podría traer una reducción notable de precipitación, en particular en el norte centro del país, lo que afectaría la cosecha del ciclo primavera-verano de temporal, la cosecha más importante del país. En este escenario, parece relevante identificar opciones de abasto internacional que eventualmente puedan ayudar a reducir el problema de abasto del grano en el país.
Cambios en la estructura de producción de maíz a nivel mundial.
La tasa de crecimiento de la producción de maíz ha crecido de manera constante en los últimos años. Países como Brasil y Ucrania (antes de la guerra) han incrementado sus superficies de cultivo y han absorbido una participación importante del volumen de exportación de los grandes exportadores, principalmente, Estados Unidos (EUA) (Ash et al., 2019). Aún más, se estima que en regiones como China y el sur de EUA el aumento en productividad no solo es derivado de la mejora en la calidad genética, sino una parte sustancial (13%) se atribuye a las mayores temperaturas derivadas del cambio climático (Sharma et al., 2022). Estos aumentos notables se han visto mermados por reducciones importantes de producción originadas por la reducción de la superficie de cosecha del grano debido a la guerra Rusia-Ucrania que originó un desabasto del grano y un escalamiento de los precios a inicios del año 2022. No obstante, en meses recientes tal volatilidad se ha reducido como se muestra en la Figura 3 y los inventarios y niveles de producción se han recobrado a niveles previos a la guerra, lo que permite proyectar menor volatilidad en precios para este año (USDA, 2023) a pesar de la todavía alta volatilidad reflejada en los precios de los futuros del Chicago Board Trade.
Figura 3. Tendencia del precio (real) por bushel de maíz en centavos de US$ (2023)
Fuente: Trading Economics: Corn. https://tradingeconomics.com/commodity/corn#:~:text=Corn%20is%20expected%20to%20trade,593.63%20in%2012%20months%20time.
(1 Bushel de maíz pesa aproximadamente 0.0254 Tn)
Ante este escenario la disponibilidad de maíz, particularmente amarillo, no está en riesgo para satisfacer la demanda insatisfecha de este grano en México y con precios relativamente estables y menores que los del mercado doméstico.
Una limitante para acceder a este mercado es la restricción a la importación de maíz transgénico para consumo humano directo decretada recientemente por el Gobierno Federal y que nos mantiene en un panel de controversia con el mayor productor de maíz en el mundo, EUA. Esta restricción parece no afectar al maíz amarillo importado para consumo animal, que constituye la mayor parte del producto de importación. Partiendo de un principio precautorio de protección a la diversidad genética del maíz en México, es importante cuidar que el maíz amarillo importado para consumo animal no pueda ser reproducido en nuestro país. Quizá sea prudente analizar la factibilidad de cambiar el producto por harinas, alimentos balanceados o incluso identificar mecanismos de almacenamiento y procesado en una zona de arribo que permita reducir los riesgos de contaminación del acervo genético. Una asignatura urgente es el análisis de mecanismos para permitir el acceso seguro de este producto (maíz amarillo transgénico) que es base para la permanencia de la industria, muchas fuentes de empleo y un acceso a alimentos más baratos para la población.
¿Está en peligro el abasto de maíz en el país?
El contexto anterior muestra que la producción doméstica de maíz blanco se ha estancado y no ha crecido para satisfacer las necesidades de una población en crecimiento. Sequías, falta de tecnificación, problemas de mercado y restricciones adicionales de producción podrían incluso reducir los niveles de producción de maíz blanco en el futuro cercano, como ya se ha observado en la década pasada. Ante este escenario, las políticas públicas, bajo la bandera de inclusión, equidad y apoyo a los pequeños productores, han generado instrumentos que no solo no han inducido un aumento en la producción de estos productores, sino también los han expuesto a un mayor riesgo de altos precios de mercado y desabasto de maíz. Sin duda, la inclusión, equidad y apoyo a los más desprotegidos debe ser un principio importante en toda política pública, sin embargo, las medidas que se han tomado no han surgido de un análisis de la condición tan inelástica de la oferta del maíz blanco que forzosamente requiere de incentivos diversos para los productores que pueden lograr eficiencias técnicas y económicas y que son capaces de mejorar la producción. Sin duda será importante en el futuro muy cercano voltear la vista a estos productores (medianos y grandes) y mejorar las características de los instrumentos destinados a los productores pequeños y medianos.
En lo que respecta al maíz amarillo de importación, parece evidente que nuestros vecinos del norte tendrán suficiente producción a buen precio en los siguientes años, de un producto que es por demás necesario para las cadenas de abasto en varias industrias en nuestro país. Abrir la frontera al maíz transgénico para uso no humano parece no ser una alternativa muy riesgosa (hasta este momento no está prohibido), a la luz de que no existe prueba de su efecto en la salud humana derivado del uso de este producto en otros encadenamientos productivos. Evidentemente, deben tomarse medidas para que este producto no pueda ser reproducido al interior del país si nos preocupa un potencial daño a la biodiversidad, e invertir en un programa de investigación sobre el efecto de estos productos en diferentes dimensiones (salud humana, biodiversidad, economía, valores culturales, etc.) que brinde evidencia para una adecuada toma de decisiones.
A pesar de esta relativa disponibilidad de maíz en el mercado regional, la recién iniciada tendencia hacia la desglobalización de mercados nos hace pensar en la importancia de asegurar la autosuficiencia del producto central de la alimentación del mexicano, y la importancia de desarrollar políticas públicas para asegurar no solo la producción eficiente y social y ambientalmente responsable del grano, sino una adecuada estructura de mercado (del grano, insumos de producción, tecnología, financiamiento e información) y la infraestructura logística que permita mayor equidad en el acceso en cantidad, precio y calidad de este producto.
Referencias
Ash, M., Bond, J. K., Capehart, T., Childs, N. W., Hansen, J., Liefert, O., … & Hjort, K. (2019). A Deeper Look Into the USDA Crop Baseline Projections to 2028, With a Focus on Trade.
Cadet-Díaz, S., & Guerrero-Escobar, S. (2018). Factores que determinan los rendimientos de la producción de maíz en México: Evidencia del censo agropecuario 2007. Agricultura, Sociedad y Desarrollo, 15, 311-337. http://www.scielo.org.mx/pdf/asd/v15n3/1870-5472-asd-15-03-311.pdf
Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA). (2019). Algunos antecedentes de los precios de garantía en México. Cedrssa.Gob. http://www.cedrssa.gob.mx/post_algunos _antecedentes_de_los_-n-precios_de_garantn-a-n-_en_mn-xico.htm
González-Cruz, J.L., Torres-Rojo, J.M. 2022. Análisis de la forma funcional para representar la producción de maíz blanco de temporal en México a nivel regional. Documento de trabajo CIDE.
National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) (2023) El Niño/Oscilación del Sur. Discusión diagnóstica. https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_advisory/ensodisc_Sp.shtml
Reyes Santiago, E., Bautista Mayorga, F., & García Salazar, J. A. (2022). Análisis del Mercado de maíz en México desde una perspectiva de precios. Acta universitaria, 32.
Sharma, R.K., Kumar, S., Vatta, K. et al. Impact of recent climate change on corn, rice, and wheat in southeastern USA. Sci Rep 12, 16928 (2022). https://doi.org/10.1038/s41598-022-21454-3
United States Department of Agriculture (USDA) (2023) U.S. Feed Grain Use Projections Are Revised in February, Prices Hold Strong for 2022/23. Corn Market Outlook. https://www.ers.usda.gov/topics/crops/corn-and-other-feed-grains/market-outlook/